Sínodo 2021-2024

«Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión»

«Eliza sinodal baten alde: komunitatea, parte-hartzea eta misioa»

Aportaciones 4º Encuentro Sinodal de la Diócesis de San Sebastián

Aránzazu. 4 de junio 2023

Ponencia Carlos Martínez Oliveras

FASE CONTINENTAL - DOCUMENTOS PARA TRABAJAR - ETAPA KONTINENTALA

PRIMERA ETAPA RESULTADOS

Una eclesiología integral

Ha de mantenerse una reflexión específica sobre el laico o hay que caminar en la línea de una "teología integral" basada en los dos grandes ejes de la eclesiología del Concilio, la noción de Pueblo de Dios y la de sacramento para el mundo? La expresión "eclesiología integral" procede del P. Congar, y quiere señalar el camino que hoy debe sustituir a la anterior eclesiología del laicado. Eclesiología integral es aquella en la que el laicado aparece en síntesis con todos los elementos centrales de la visión de la Iglesia: Pueblo de Dios, comunión de comunidades, sacramento para el mundo, ámbito de los carismas del Espíritu. Se trata de una eclesiología trinitaria, fundada en la comunión del Espíritu Santo, mediante el cual todos son solidariamente responsables y copartícipes en la construcción de la Iglesia por la Palabra, los Sacramentos y la Caridad. En esta visión nacida del Concilio Vaticano II, el pueblo de Dios ya no es clasificado en los "dos géneros de cristianos"; los laicos no son considerados como los corderos que se "bendicen y se esquilan"; su espiritualidad no se comprende como una reducción de la del clero, que era a su vez una reducción de la de los monjes. Ellos son la Iglesia, forman parte del único "pueblo unido en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu" (LG 4). 

DIVERSIDAD

Una teología del laicado tiene razón de ser solo, como parte integrante de la eclesiología, porque la Iglesia forma una unidad compacta, es una comunión de salvación. La diversidad de los miembros se caracteriza solo sobre la base de lo que es común y se convierte en ventaja a favor de la unidad. La misión del laicado es la misión propia de todo el pueblo cristiano. El laicado tiene un papel activo en la Iglesia, son copartícipes dentro de una diferencia funcional. Como en la eucaristía que todos celebran, pero uno preside, pues igual. A los ministros ordenados compete velar por la animación del conjunto, por el respeto a la diversidad de carismas, su coordinación y su impulso. La ordenación sacramental no separa del pueblo de Dios, sino que introduce más profundamente en él. Cualquier distinción en el interior del Pueblo de Dios es secundaria respecto a la igualdad y unidad fundamental de los bautizados. La reflexión doctrinal sobre la comunión eclesial abre grandes horizontes para el futuro de la teología del laicado.  

El BINOMIO COMUNIDAD-MINISTERIOS

El paso del binomio jerarquía/laicado al binomio comunidad/ ministerios, no es una teoría teológica más, sino una manera de enfocar la vida eclesial, una nueva vivencia de la Iglesia. El primer binomio, significaba una concepción pasiva de la mayoría del Pueblo de Dios y desconocía la riqueza ministerial de la Iglesia. El segundo binomio quiere destacar el sujeto colectivo, todo el Pueblo de Dios, que vive las cosas de Dios y las transmite al mundo. Pero Congar, además, pretende superar no solo el binomio jerarquía/laicado, sino también la insuficiencia de estudiar al laicado únicamente desde la perspectiva de la secularidad. Se quiere salir al paso del peligro de que el laicado quede al margen de la comunión eclesial en su trabajo en el mundo, mostrando que él es también constructor de la Iglesia desde dentro. Se parte de la ministerialidad total de la Iglesia, de la praxis de comunión y de la dimensión global de evangelización misionera. El punto de apoyo es la nueva apreciación del papel de los carismas que renuevan la Iglesia desde su interior. Se trata, por tanto, de presentar la Iglesia como Pueblo de Dios, floreciente de ministerios, que vive la solidaridad cristiana, la corresponsabilidad, la sinodalidad, como expresión de su vocación global. Pasar del binomio clérigos/laicos al de comunidad/ministerios, significa, en la práctica, afrontar el reto de la articulación de ministerios plurales y, en su seno "inventar" un modo nuevo de ejercer el ministerio ordenado. En el fondo se aboga por la creación de nuevas estructuras eclesiales sobre una base sinodal. Sin embargo, hay que hacer una advertencia: hay que evitar el eclesiocentrismo, el mirarnos el ombligo, la "autorrefencialidad" que tanto critica el Papa Francisco. El servicio al mundo es inseparable del servicio a la comunidad No se trata de olvidar la dimensión evangelizadora misionera mediante la transformación del mundo. 

El SERVICIO AL MUNDO ES INSEPARABLE DEL SERVICIO A LA COMUNIDAD

La vía aquí esbozada es para que el laicado se apropie la Iglesia que ellos componen. Los ministerios, en realidad, son el medio de alcanzar la reapropiación de la Iglesia por los bautizados, asumiendo funciones y cargos eclesiales y participando en los diversos organismos y estructuras de responsabilidad. La investidura de los laicos en diversas responsabilidades de animación pastoral es tarea irreversible e irremplazable, sin que ello sea una huida del mundo, sino animación de la evangelización, entendida desde la llamada misionera al mundo. Aquí se suscita, claro está, toda la problemática de la participación de los laicos y laicas en las instituciones eclesiales, con pleno derecho. Es la cuestión de la creación de nuevas estructuras de participación y decisión corresponsable. Cuestión importante de orden teórico-práctico, pues si existe un laicado no corresponsable, nacerá el malestar, brotarán las reivindicaciones, se reforzarán las polaridades y resurgirá la dialéctica y el desequilibrio eclesiológico entre clérigos y laicos. Volveremos a la época preconciliar. Por suerte, tenemos experiencias comunitarias y particulares laicales suficientemente asentadas como pueden ser Caritas, Misiones, Catequesis, Liturgia, Administración..., como para poder pensar en serio en esta coparticipación.  

Xabier Andonegui Mendizabal, sacerdote

Eliz elkartasunaren inguruko doktrina-hausnarketak zerumuga handiak irekitzen ditu laikotzaren teologiaren etorkizunerako.